Autor: Gregorio de Laferrere

 

Como el Ave Fenix

Cuando uno emprende un proyecto para materializar una idea que quizás ha tenido durante años en la cabeza, nunca sabe cómo va a ser el resultado ni cómo va a ir evolucionando ese proyecto una vez concretado.

Y más aún cuando se trata de un grupo humano como la Yunta, en constante evolución y crecimiento.

En estos 13 años hemos pasado por infinitas situaciones, tanto buenas como malas, pero de todas hemos aprendido algo. Sabemos que lo importante es el grupo, el proyecto por encima de las individualidades.

Tratamos de no perder la humildad y el respeto por el otro. Sabemos que solo SOMOS UN GRUPO DE APRENDIZAJE, NADA MAS. Y en ese aprendizaje está nuestra diversión y nuestra recompensa.

No nos interesa ser los mejores ni los únicos ni los primeros. No nos interesan las marquesinas ni los brillos. El único brillo que nos importa es el de nuestra comunidad, el de nuestros seres queridos cuando podemos compartir con ellos lo que durante meses preparamos con esfuerzo y dedicación.

Nos importa solo compartir lo que queremos y contribuir con nuestro grano de arena al bien de nuestra comunidad. Y si encima, nuestras obras sirven para ayudar a los alumnos en su aprendizaje como una herramienta para facilitarle la tarea a los docentes, bienvenido sea. Porque de eso se trata: De servir a la comunidad a la cual pertenecemos. ESO ES LA YUNTA. NI MÁS, NI MENOS.

Todavía nos queda mucho por aprender y por hacer, pero de algo estamos seguros: Si La Yunta no es un espacio para hacernos sentir un poco mejor cada día con el trabajo en grupo y la solidaridad con el compañero, si no podemos compartir esta alegría con nuestra comunidad, si no somos humildes y respetuosos de aquel que nos acompaña en la tarea, entonces no seremos nunca LA YUNTA y el proyecto nunca existirá.

Quiero agradecer profundamente a la Comisión directica del Colegio por su apoyo incondicional, a Silvia Dittler y a Marianne Kramer por brindarnos siempre una oreja y ayudarnos en todo, a las autoridades del colegio y especialmente a los docentes del departamento de Castellano de Secundaria por permitirnos contribuir y colaborar estrechamente aportando nuestro grano de arena a la formación de nuestros alumnos.

 

Carlos Kaspar